Tras la caída del imperio romano de occidente en el 476 d.c comienza una nueva etapa conocida como el medievo. Muchos historiadores comentan sobre el gran descenso cultural y tecnológico que se produce en esta época, producto de un retroceso en la sociedad en comparación con la romana.
Aunque no todo es oscuro como se cuenta, ya que además de los avances, aunque lentos, en las nuevas corrientes artísticas y en la arquitectura en los siglos medievales; también sobrevive parte de la cultura romana en el imperio romano de oriente, conocido como el imperio bizantino.
En la arquitectura bizantina, conservando la religión cristiana, profundiza en el cuidado interior, implementando la religión, como en el caso de la iglesia de Santa Sofía, en la que destacan sus complicadas cúpulas. Se implementan construcciones de beneficio para el pueblo; la mayoría de piedra, que era menos costosa.
Además de la arquitectura para la religión, también destacaron en la militar, construyendo complejas fortificaciones y murallas, con el fin de defenderse ante los constantes ataques y saqueos.
La cultura islámica era una de las más completas de la época, tanto sus innovaciones en agricultura, sistemas de riego y jardinería, arte y arquitectura. Sus construcciones, simples por fuera pero detalladas en el exterior, estaban hechas de materiales baratos y fáciles de adquirir, como el adobe o piedras calizas, utilizando también la madera.
En Europa, las corrientes artísticas iban evolucionando, desde las construcciones románicas, hasta las grandes iglesias góticas y renacentistas, que se terminan de desarrollar a finales del medievo.
El barroco fue una corriente que apareció a principios del siglo XVII, promovidas por las ricas figuras de la sociedad europea como muestra de su enorme poder, estas estaban sobrecargadas de detallismo, tanto interior como exterior, llenas de expresión artísticas.
El neoclasicismo, originario en Francia en el siglo XVIII, se apartaba de los excesos del barroco y rococó, con una visión más racional de la arquitectura, recobrando aspectos clásicos.
Los siglos XIX y XX, conocidos como la industrialización sufren grandes cambios sociales y un incremento en la población. Aparecen nuevos métodos y materiales constructivos, con nuevas tecnologías que favorecerían el desarrollo de las industrias. Más adelante aparecen nuevas corrientes artísticas como el modernismo, expresionismo, surrealismo u otros artes que siguen afectando a nuestra sociedad.