La arquitectura en el paisaje puede tener muchas funciones, como fundirse con él y crear armonía o realizar un gran contraste.
También juega con los espacios, organizando las composiciones de las construcciones para darle un uso concreto al espacio y/o provocar ciertas emociones. Formando desde organizaciones simples y ordenadas hasta más complejas. Esto depende de la visión que tenga el arquitecto sobre ese espacio y el fin que se le quiera dar.
La elección de materiales es de lo más importante, determinando el tipo de obra que se quiera realizar. Además de provocar un equilibrio o conjunto del exterior-interior y en ocasiones un contraste entre ellos.